Compra Comunitaria

Se levanta la persiana de un sábado en Palermo, bien temprano se abren las puertas de la Unidad Básica de La Cámpora, en Honduras 4473, y Aráoz, para dar comienzo a un nuevo día colmado de energía militante, para continuar escribiendo el relato que los compañeros construyen en las calles barrio. El frío se hizo sentir, pero el sol, brillando en lo alto del cielo celeste, brindó el aguante para que llevar adelante la Compra Comunitaria de Alimentos. Con el mate calentito, los compañeros trasladaron los bolsones de frutas y verduras traídos del Mercado Central a la Plaza Unidad Latinoamericana, Costa Rica y Medrano, donde se encontraron con los vecinos que asiduamente participan de la compra, pero además, gratamente, se sumaron muchos más concurrentes. La Compra Comunitaria es una instancia en la cual no sólo se distribuyen productos de estación de excelente calidad a buen precio, constituye un momento de encuentro entre los vecinos, para dialogar, para conocerse y entre otras cosas, profundizar el debate sobre los formadores de precios. De esta manera, por primera vez la plaza se convirtió en el centro geográfico de una actividad, que se realiza cada sábado de por medio, que representa la participación, la equidad y solidaridad y que se construye entre todos. Como todas las semanas, se continuó promocionando el Plan Nacional de Uso Racional y Eficiente de la Energía, a través del cual se cambian gratuitamente las lamparitas incandescentes por lamparitas de bajo consumo, beneficiando el uso de energía en favor de todos. Además, se abrió un espacio donde los vecinos dejaron sus sugerencias, y propuestas para mejorar el barrio. Una mañana cargada de presencia, de simpatía, de buena predisposición y compromiso por continuar, día a día creyendo y sintiendo que el protagonista es el colectivo, que la construcción es entre todos, que el lugar es el barrio. Por la tarde, los compañeros siguieron con los arreglos de su nueva Unidad Básica, que de a poco toma color, comienza a latir cada vez más fuerte, en el replique de cada uno de los corazones, en el espíritu cargado de orgullo por hacer, en la humildad de concretar. Cae el sol de un sábado militante en Palermo, se baja la persiana pero la mística no concluye, se eterniza en cada gesto.

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