lunes, 28 de febrero de 2011

NÉSTOR NO SE MURIÓ, NÉSTOR VIVE EN LA GENTE, NÉSTOR VIVE EN LOS PIBES

Homenaje de nuestro referente Gonzalo Toyos a Néstor.



      El pibe 

      “La única muerte es el olvido”, declara la leyenda borroneada por la transpiración en la remera del “pibe”. Su cuerpo es esmirriado y fibroso. Llora, canta; como tantos otros, forma parte del mar de gentes que se hace remanso y remolino en la Plaza de Mayo. Cada tanto mira hacia atrás y se abandona a la marea, deja que lo lleven, se deja ir y al rato vuelve a cantar con voz de papel arrugado. Desde ayer, miércoles 27 de octubre, Néstor Kirchner abandonó su cuerpo y el viento sur juega con las banderas que él mismo inspiró.

      El “pibe” que no olvida no está solo. Lo acompañan muchos más. Con él van los descalzos, los “negros de mierda”, el subsuelo sublevado, los imprescindibles, el interior y la orilla de La Patria. Los que siempre pusieron el alma, el trabajo, la fe y los muertos.

      “Vayas dónde vayas voy a ir, vos sos la razón de mi existir…”, cantan y exorcizan. Cantan y vuelven a reír. Cantan y entran en la historia, mientras otros parecieran volver de ella para marchar su última columna.

      Burlando sus tumbas de agua de mar, de Río de la Plata, de fosa común y cal, de exilio del naufragio, se mezclan con todos. Los Rearte, las Arrostito, los Cabo, los Abal Medina, los Vallese, los Nabarro, los 30000.

      Ni las bombas del “Cristo vence”, ni las “bocas de lobo” de José León Suárez, ni la “máquina de morder” del “Tigre” de la ESMA pudieron callar el grito, ni la sangre, ni las ideas.

      Es así, el memorioso, el que no olvida, no está solo. “¡La Plaza es del Pueblo! ¡La Plaza es de la Jotapé!”, consignan desde algún lugar de la marea y la “Gringa” de ojos marinos asienta con la cabeza. La “Gallega”, pequeña y barrial le toma la mano con fuerza. La “China”, de belleza parda y montonera, se pierde en algún recuerdo del exilio. Carlos se enjuaga los ojos con el brazo. Pablo le palmea la espalda y lo abraza cuando las lágrimas le vuelven a inundar la mirada.


          Todos los ríos aman el mar y tarde o temprano vuelven a él. Este río, de almas y voluntades, no esquivó su destino y se perdió en un mar de flores. “Huele a primaveras”, dijo el “memorioso”, y por un momento el silencio fue invadiéndolo todo. Sólo por un momento.

      El cielo de patriotas de óleo y miradas penetrantes se abrió. La marea se hizo arroyo, sólo un hilo serpenteante. Y cuando la caoba, los bronces y los lutos comenzaron a transformarse en dolor alguien cantó: “¡Néstor, mi buen amigo, ésta campaña volveremos a estar contigo! ¡Militaremos de sol a sol, somos los pibes, los soldados de Perón…!”. Los pechos se hincharon. Los brazos se extendieron. Los dedos se pusieron en “V” y los seños se fruncieron. Todos cantaron hasta salir, sólo ahí se permitieron llorar como nenes. “Pobre de aquellos que no mueren de amor por sus ideas”.

      “La única muerte es el olvido…” Parece que Néstor no se murió, se hizo canción, se hizo bandera, vive en los pibes que fueron un mar, un río. 

G.T. (Oso) - 26-10-2010

1 comentario:

  1. Hermoso compañero. Me hizo lagrimear a lo loco.
    Es cierto. Néstor no se murió, vive en esta patria que estamos consiguiendo de vuelta, pasito a paso, sin rendirnos jamás. Sin claudicar jamás. Honrando todas las semillas que aquél compañero supo sembrar. Porque él era un terco de sueños justos, como dijo la "Caras y Caretas". Porque esos sueños también son nuestros.
    Nos cruzaremos en algún momento construyendo este Proyecto nacional compañero. Hasta la Victoria.

    Un abrazo.
    Nati.-

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