martes, 2 de abril de 2013

Con el corazón en el lugar correcto.


El sábado 30 de marzo,  los compañeros de La Cámpora Palermo vivieron un nuevo día militante, con convicción y alegría siguieron profundizando el proyecto Nacional y Popular en el barrio.

El sol brilló alto en el cielo celeste, en una tarde donde el corazón estuvo puesto en el lugar correcto, junto a los más necesitados, del barrio más rico de la Capital. Los compañeros llegaron con la Pascua en una caja, los colores de la bandera en sus remeras y la realidad efectiva del Proyecto que encarnan, en su voz, en su voluntad y en la constancia de una presencia que ha cumplido dos años de trabajo cotidiano.

Por eso cuando los vieron entrar, los más grandes gritaron contentos “Los compañeros de La Cámpora”, mientras los pequeños corrían al encuentro con sus brazos abiertos y sus enormes sonrisas, regalando abrazos y besos, sujetando con sus manos la de los compañeros. Y así, como en la casa de un amigo se armó la mesa, en el medio del playón de tierra, alambrado y terraplén, que aunque los acuna también los oculta, de las miradas que prefieren no ver. Sin embargo, el cielo explota ahí  para ellos en la justicia poética que suele acompañar las asimetrías atroces.

Sin tardar tiempo los chicos arrancaron los juegos y  los compañeros se prendieron, desde una "competencia de cosquillas", carreras con los nenes "a cocochito" y canciones "a upa" para los más chiquitos. Se sumaron los más grandecitos, las jovencitas, las madres, los viejos y sus anécdotas. Llegaron los mates, la leche chocolatada, los bizcochitos, lo que hubiese para compartir y conversaron de todo.

A ellos Cristina les habla todos los días, dicen y por eso, “que Dios la bendiga”. Les habla con la voz de los únicos que están pendientes de ellos, insisten. "Cristina nos habla con ustedes, que están acá".  Ese momento de encuentro,  de charla y juegos, en el playón que los acuna y los oculta, es el resultado de los hechos concretos que hablan a través de Cristina y del Proyecto y que usa de palabra el trabajo de los compañeros.

Hablan de la reescolarización de la mayoría de los chicos, de llevarlos a la escuela y sacarlos de la calle, de que vuelvan a ser niños. De ayudarlos a estudiar, llevarlos a la plaza, al cine y leerle cuentos. Abrazarlos y mostrarles que lo imposible sólo tarda un poco más y animarlos a creer que son el futuro, porque hay un presente. Hablan de valorar su identidad, recibir su documento y conocer que ellos también tienen derechos.  Hablan de las madres jovencitas, que pudieron ver a un médico, y que como ellas cobijan a sus bebés el Proyecto los cobija a ellos.  Hablan de la dignidad de los viejos, de saber que son parte fundamental de la sociedad.

Los compañeros, Cristina y el  Proyecto  eligen estar allí y continuar  en el camino de lo que aún falta, con la construcción y la política que revalorizó Néstor, la que se piensa, se siente y se hace para y por el colectivo.

La despedida fue emotiva y acompañada por la "Marcha Peronista" de un coro inolvidable. Con esa melodía los compañeros emprendieron el regreso, con esa mezcla de sentimientos que hace latir el corazón más fuerte y con la certeza de saber que está puesto en el lugar correcto.


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