Todos los miércoles por la tarde nuestra unidad básica se llena de los acordes de los chicos que vienen a tomar clases de guitarra, cuando el compañero y músico Nico dicta las clases -entre las 17 y las 19 horas- a pesar del calor del verano porteño.
Entre los alumnos, la entusiasta Inés asiste sin falta acompañada por su papá y su hermano menor desde que encontró este espacio gratuito que le abre las puertas a todos los vecinos y vecinas de Palermo.
Pero los acordes no sólo suenan para los chicos del barrio. Víctor es un alumno constante que ya puede tocar algunos temas y que en cualquier momento practicará las maravillosas canciones del querido Flaco Spinetta, uno de los grandes músicos argentinos que nos dejó hace unos días y al que desde este espacio militante le rendimos homenaje.
La
música es parte esencial de nuestra vida y de la cultura popular; como
tal, es muy importante que los habitantes de Palermo puedan contar con espacios
como este en el que, además de aprender a tocar la guitarra, se
encuentran con una forma de entender la música popular, de compartirla y
disfrutarla. Es que a través de los acordes construimos la propia
identidad pero de forma colectiva.
En Palermo, a los acordes los hacemos sonar entre todos.
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